Siempre se ha necesitado de la mediación intercultural por los distintos conflictos en las relaciones humanas. Por la gravedad y frecuencia de los problemas que no se gestionan o preven adecuadamente por las personas. También, de qué tan capaces sean para resolverlos y aprovechar dicha oportunidad para conocerse mutuamente y mejorar su interacción. En las sociedades multiculturales, existen otras características que requieren mayormente de este tipo de mediación por las necesidades que presentan. Hoy te contamos en qué consiste y cuál es su utilidad. Así que, sigue leyendo o aprende más del tema con nuestro Máster en Mediación Social en la Inmigración.

¿Qué es la mediación intercultural?

En primer lugar, es importante mencionar que la mediación es un recurso para resolver conflictos entre dos partes. Para ello, existe un mediador imparcial que ayuda a superar el problema satisfactoriamente para ambos protagonistas.

Ahora bien, en los contextos multiculturales, la mediación se hace más presente por factores que no hay en otro tipo de contextos. El concepto multicultural hace referencia a personas de grupos socio-culturales y étnicos diferentes que habitan un mismo espacio social. Este fenómeno es el resultado de la movilidad geográfica de los seres humanos y, por tanto, no tiene juicio de valor. Simplemente señala que en un espacio varias culturas coexisten.

Sin embargo, cuando hay un colectivo mayor con códigos culturales dominantes y diversos grupos minoritarios en el mismo lugar, es cuando se necesita la mediación intercultural. La razón de esto es porque dichos colectivos menores reclaman el derecho a la diferencia y a que la cultura predominante no acabe con sus particularidades. Además, generalmente son grupos en desventaja económica, educativa, comunicativa y laboral. Por ello, la interculturalidad como mediación es fundamental para facilitar la interacción entre las culturas de forma horizontal y concordante. Así, ninguno de los grupos estará por encima del otro y habrá mayor interacción y convivencia entre las personas.

Por lo tanto, mediar lo intercultural sirve como herramienta profesionalizada que intenta mejorar la comunicación, relación e integración entre grupos de varias culturas presentes en un lugar.

¿Cuál es el objetivo de la mediación intercultural?

El objetivo principal es ayudar a prevenir y resolver conflictos que se dan en sociedades multiculturales. Su trabajo en la prevención va aumentando según se facilite la comunicación entre grupos culturales diferentes. También, en la medida en que contribuya al acercamiento cultural y al crecimiento de conocimiento mutuo de los rasgos de cada cultura. Esto reduce el surgimiento de conflictos provocados por la falta de reconocimiento de los valores del otro. A la vez, disminuye los estereotipos que limitan el acercamiento cultural y favorece el compromiso, la apertura y el pacifismo en la resolución de conflictos.

No obstante, este tipo de mediación sirve también para compensar ciertas desigualdades. Las limitaciones de acceso a los servicios públicos por su desconocimiento y las limitaciones lingüísticas hacen necesaria la intervención mediadora para compensar esas diferencias. Lo que a su vez, permite reducir la exclusión de colectivos minoritarios, favorecer su autonomía y su igualdad en un estado de derecho.

Perfil de un mediador intercultural

La persona o grupos de personas que ayudan a resolver conflictos requieren de ciertas competencias. Por ejemplo, es importante que el mediador cuente con algún reconocimiento de dicha profesión, que tenga sentido de confidencialidad y que sea imparcial.

En cuanto a los conocimientos, habilidades y actitudes que la persona mediadora debe tener, te presentamos lo siguientes:

  • Conocimiento completo de la mediación intercultural.
  • Saber tratar un conflicto y sus formas de resolverlo.
  • Entender los contextos multiculturales, sus relaciones, sus colectivos, la sociedad mayoritaria y sus servicios.
  • Conocer la lengua de los colectivos inmigrantes.
  • Establecer sentimientos de empatía entre ambas partes.
  • Facilitar una comunicación asertiva.
  • Ser abierto y mostrar interés por el otro.
  • Dar pie a la negociación y ser flexible.