Los humanos siempre hemos tenido la necesidad de formar y ser parte de una comunidad. Sin embargo, dentro de estas comunidades las relaciones pueden tener dificultades. Si lo trasladamos al ámbito familiar, se espera que el entorno sea pacífico y equilibrado. Aún así, los conflictos derivados de la convivencia, aunque son parte de lo cotidiano, pueden terminar en rupturas o divorcios. Es aquí cuando entra la mediación familiar. Pero, en ¿qué consiste exactamente?
La mediación es una técnica que tiene el objetivo de resolver cualquier problema que haya, en este caso, en el seno familiar. Estos pueden ser divorcios, separaciones, conflictos entre padres e hijos y hasta problemas por herencias. En este artículo te contamos los aspectos que envuelven a este método de resolución de conflictos. Y si te interesa ser un experto en el tema, consulta nuestro Máster en Intervención Social.
Índice de contenidos
¿Qué caracteriza a la mediación familiar?
La técnica alternativa al litigio judicial es la mediación familiar. Este concepto se entiende como una figura neutral y nada relacionada con el núcleo familiar. La idea es que facilite la comunicación y busque alternativas sin beneficiar a un miembro en concreto.
Además, la mediación de familia cuenta con otras características que la definen. Estas son:
- Cada integrante debe acudir a la mediación de forma voluntaria. Esto quiere decir que la persona debe participar de forma libre y sin obligación.
- Las personas involucradas son los que decidirán la solución al conflicto. En este aspecto, el que realiza la mediación tiene el único papel de dirigir. Es decir, no sugiere ni propone la salida que mejor se adapta a las circunstancias.
- Cada sesión debe ser confidencial. Para esto, cada integrante se compromete a tratar el tema únicamente durante la mediación. Además, de no usar dicha información en un juicio si se recurre a esta vía.
- A diferencia de un litigio judicial, en la mediación todas las partes colaboran en conjunto para un bien común. Con esto se buscará un solución que beneficie y todos estén de acuerdo.
Figura del mediador familiar
El mediador profesional es el responsable de desbloquear la comunicación entre las partes. Igualmente es quien ofrece toda la información y asesoramiento suficiente sobre el problema. Según la ley, el mediador debe mantener una conducta activa que acerque a los implicados. Además de asumir una postura objetiva e imparcial.
¿Qué requisitos se necesitan para ser mediador familiar?
Las personas que estén en pleno ejercicio de sus derechos civiles pueden ser mediadores. A diferencia de los que tengan impedimento por la legislación a la que están sometidos por su profesión.
Como en cualquier profesión, la persona que desee desempeñarse en este ámbito deberá poseer un título oficial universitario. Asimismo, es necesario tener formación específica acreditada y experiencia para ejercer la mediación en cualquier parte.
Por otra parte, el mediador familiar tiene que contar con un seguro que cubra su responsabilidad civil. Es decir, la responsabilidad deducida de su actuación en los conflictos en los que opere.
La mediación familiar es una buena herramienta para solucionar conflictos de forma consensuada. Así, todas las partes llegarán a un acuerdo de forma positiva.